Desde el año 2009, la Reserva Federal inició una serie de inyecciones de liquidez (“Quantitative Easing”) en el mercado, para solventar las diferentes crisis que han ido surgiendo a lo largo de todos estos años.
En el 2009 tuvimos el primer QE, por la Crisis Financiera.
Luego vino el QE2, entre 2011 y 2012, por la Crisis de Deuda de la Eurozona.
Después el QE3 en 2016, tras el resultado del referéndum del Brexit.
Y el último, el QE4, también llamado “QE Infinity”, por la cantidad ingente de dinero inyectado, y con motivo de la Crisis Covid-19.
En la siguiente imagen se observa la evolución de activos comprados por la Reserva Federal para mantener la economía “rodando”…
Podríamos debatir profundamente si las medidas tomadas por la FED y otros Bancos Centrales han sido las correctas o no.
Ya da igual.
Lo que importa ahora es que toda esta inyección masiva de liquidez en los mercados va a generar, tarde o temprano, una reacción en cadena.
En el corto plazo, un incremento de los activos, tal y como venimos viendo en los mercados financieros.
En el medio plazo, veremos un incremento de inflación que empezará a perjudicar a los ahorradores de efectivo.
Y por último, una contracción económica, caída de precios de activos y subidas de precios de consumo.
Es por ello que, hoy más que nunca, ahorrar sin invertir no sirve de nada.
Ray Dalio, fundador de Bridgewater, ya lo avisa con su famoso “Cash is Trash” (el efectivo es basura).
Como ahorradores, si queremos mantener nuestro poder adquisitivo, debemos invertir.
Ahora bien, no se trata de invertir de cualquier forma.
Invertir en renta variable, únicamente, se beneficiará de la primera fase, pero una vez que comiencen a caer los precios de los activos, muchos inversores perderán gran parte de sus ahorros si no aplican coberturas.
Tal y como pasó en el 2008…
Invertir íntegramente en renta fija también tiene su riesgo, por la gran burbuja de deuda que tenemos.
Entonces, ¿cómo lo hacemos?
En SharkCapital, invertimos nuestro capital de forma activa.
Posicionándonos en aquellos mercados globales con más flujos de entrada de liquidez en cada momento, en función del ciclo económico.
Y buscando siempre el mayor retorno asumiendo el mínimo riesgo.
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